Responsabilidad Social: una necesidad real

Progresivamente ha ido aumentando la preocupación por la dimensión social de las actividades empresariales, no sólo motivada por una mayor demanda de información por parte de los consumidores sino por el abanico de actores también participes y que de una forma u otra influyen en hacer de la Responsabilidad Social Corporativa o Empresarial una necesidad de obligatorio cumplimiento y no una forma de proceder a merced de la buena voluntad.
Ante esta situación, en la que cada día nos encontramos más agentes implicados y comprometidos con las preocupaciones sociales, ambientales, laborales y respecto a los derechos humanos, la RSE más que una mera moda se ha convertido en una necesidad real en la sociedad actual, una demanda frente a la que responder.
Durante mucho tiempo, la efectividad en términos de producción han sido el eje central de los objetivos empresariales y todos los esfuerzos en las organizaciones han ido orientados en atender estas cuotas financieras. Desde esta perspectiva tradicional, todo lo que no se enmarque hacia la consecución de beneficios tangibles e inmediatos y la obtención de rentabilidad suponían esfuerzos innecesarios en los que preferiblemente no había que invertir gran cantidad de recursos.
Frente a este enfoque, surge una nueva concepción en la que las empresas juegan un papel protagonista hacia la contribución al desarrollo sostenible y afortunadamente cada día más, la transparencia sobre la actuación responsable de las organizaciones así como sus planes futuros de sostenibilidad, adquieren un mayor peso dentro de los objetivos estratégicos tanto de la multinacional de primer orden como de las Pymes.
Es en estos momentos cuando se asume que la actuación responsable ayuda a reforzar las relaciones, ganar en confianza y suponen un factor fundamental para el éxito empresarial, hasta tal punto que en la actualidad resulta complejo pensar en una organización sin tener presente la RSC, tal y como en su día indicaba Peter Ferdinand Drucker , autor de destacada literatura relacionada con el "management" o la gestión de las organizaciones indicando que "no hay empresas exitosas en comunidades deterioradas".
Sin embargo, la RSC no es competencia exclusiva de empresarios financieros, los cuales han adquirido a lo largo del tiempo gran poder e influencia social sino que además existen distintos agentes con suficiente capacidad para tomar decisiones de largo alcance e impacto social. Ello supone un compromiso de todos los sectores de la sociedad para implicarse activamente en prácticas responsables hacia un desarrollo sostenible, la preservación del medio ambiente, el respeto de los Derechos Humanos, la lucha contra la pobreza y la explotación.
En los últimos años y, por fortuna, cada día más, se apuesta especialmente por aunar esfuerzos entre todos estos actores con el fin de alcanzar mejores resultados y soluciones más globales.
Lógicamente no podemos dejar de tener presentes la actual crisis financiera que se ha instalado ya en la economía real, impactando con fuerza en las empresas. Ante las presiones por reducir costos, los empresarios se cuestionan si en esta situación deben o no mantener los gastos asociados a la Responsabilidad Social llegándose a plantear de forma errónea suspenderlo hasta que vengan tiempos mejores.
Es precisamente en estos períodos de cambio profundo y crisis cuando debe estar más presente el compromiso de las corporaciones y cuando todos los agentes implicados deben asumirlo como un gran reto concienciándose del impacto negativo que supone olvidarnos de las prácticas responsables.
Así pues, debemos adoptar una perspectiva integral en la que cada agente debe hacer frente a sus obligaciones para con la sociedad: Los Consumidores, adquiriendo un papel más activo a través de sus decisiones de compra; las Administraciones Públicas, no sólo desde el establecimiento de un marco normativo que garantice las prácticas responsables sino premiando y facilitando los recursos necesarios para este acertado cumplimiento; los Inversores premiando a aquellas empresas que adopten medidas que contribuyan al desarrollo sostenible y tenerlo como un valor de peso en sus elecciones; las ONGs como un agente con suficiente capacidad y fuerza; el Mundo Académico, como iniciadores de una nueva concepción de la sociedad del futuro y, por último, por parte de cada uno/a de nosotros/as, teniendo estos valores presentes en el rol que asumimos cada día.
En los últimos tiempos, diversas son las iniciativas que se han llevado a cabo para contribuir, a nivel Europeo, al desarrollo sostenible, fomentando la apuesta por el diálogo, la transparencia en materia medioambiental, social, laboral y de derechos humanos; que ha llevado a los distintos agentes implicados a acercar posturas e intereses, facilitando el consenso sobre qué cuestiones se deben de tratar y cómo debe de ser la implantación de una correcta política de RSC.
En el año 2000 entre los objetivos estratégicos planteados en la Cumbre de Lisboa encontramos el interés por “convertir a la Unión Europea en 2010 en la economía del conocimiento más competitiva y dinámica del mundo capaz de crecer económicamente de manera sostenible con más y mejores empleos y con mayor cohesión social”, lo que supone el inicio de diversos encuentros con la finalidad de establecer un marco para hacer una revisión sobre el estado de la RSE tanto en Europa como en el resto del mundo, y debatir sobre las posibilidades de promover nuevas prácticas en el futuro.
La reciente celebración del Foro multilateral europeo sobre RSE el pasado 10 de Febrero, que supone la segunda reunión multistakeholder, (la anterior se realizó en el periodo 2002-2004) tuvo lugar en Bruselas. Los principales grupos de interés, incluidos los empleadores y los representantes empresariales, sindicatos, inversores, académicos, organizaciones de la sociedad civil y las autoridades públicas se reunieron con el propósito de “revisar los progresos que en responsabilidad social se están logrando en Europa y alrededor del mundo, y discutir posibilidades para posibles iniciativas conjuntas”.
Todo ello con el fin de compartir experiencias y debatir los temas de más actualidad en RSE, tales como la regulación y la obligatoriedad de informes, la crisis financiera, las clausulas sociales en las contrataciones públicas, la transparencia, la inversión y el consumo responsable.

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